Ablación por radiofrecuencia

¿Qué es la ablación por radiofrecuencia?

La ablación por radiofrecuencia (ARF) es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza con anestesia local y que utiliza la aplicación de calor para minimizar o detener por completo la transmisión del dolor. El nervio que causa el dolor se quema, o se ablaciona, usando una corriente eléctrica para apuntar a un área específica. Esta ablación detiene la transmisión de señales nerviosas al cerebro, proporcionando alivio.

¿Por qué someterse a ablación por radiofrecuencia?

Los pacientes que sufren dolor crónico o padecen artritis y espondilosis pueden beneficiarse del alivio inmediato del dolor con poco o ningún tiempo de recuperación. RFA se realiza como un caso de día por lo que no hay necesidad de una estadía hospitalaria durante la noche. Puede proporcionar alivio a las personas con dolor en el cuello, la espalda, la rodilla, la pelvis y los nervios. El dolor puede ser debilitante y la RFA permite un aumento de la función, lo que significa que la calidad de vida del paciente mejora significativamente.

¿Qué implica?

El procedimiento se realiza mientras el paciente está despierto, ya que se administra anestesia local para adormecer el área particular donde se aplicará el tratamiento. Un fluoroscopio (una técnica de imágenes que le permite al médico obtener imágenes de rayos X en tiempo real durante el procedimiento) se usa para ayudar a insertar una aguja en el área objetivo. El fluoroscopio le permite al médico asegurarse de que la aguja llegue a la ubicación correcta.

Cuando la aguja está en el lugar correcto, se pasa una corriente de radiofrecuencia (eléctrica) a través de la aguja, que es hueca adentro, quemando el área requerida. La quemadura es muy pequeña y la aguja permite que el médico sea preciso. Esta corriente destruye la parte del nervio que produce señales de dolor. Se pueden hacer múltiples quemaduras para destruir completamente el nervio. Una vez finalizado el procedimiento, los pacientes pueden regresar a casa, pero deben hacer arreglos para que alguien los escolte.

El dolor puede sentirse después del procedimiento, por lo general durante alrededor de dos semanas. Sin embargo, después de esto, el dolor debe reducirse significativamente o aliviarse por completo. Se programará una cita de seguimiento para verificar el progreso y analizar el tratamiento adicional, si es necesario.

Cómo prepararse para la ablación por radiofrecuencia

Antes del tratamiento, se tomará un historial médico para ver si el paciente es adecuado y dónde debe realizarse el procedimiento. También se discutirán los medicamentos, y aquellos que toman aspirina o anticoagulantes (como el ibuprofeno) como medicamentos a largo plazo se les indicará que se detengan varios días antes del procedimiento.

Cuidados postoperatorios

Los pacientes generalmente vuelven al trabajo en las próximas 24-72 horas. Inmediatamente después del procedimiento, deben ser acompañados a su casa, y una vez en casa deben descansar y recuperarse. RFA es un procedimiento seguro y simple que generalmente es altamente efectivo. El alivio del dolor por lo general dura entre nueve meses y dos años, y el procedimiento se puede hacer de nuevo.

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Ablación por radiofrecuencia

¿Qué es la ablación por radiofrecuencia?

La ablación por radiofrecuencia (ARF) es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza con anestesia local y que utiliza la aplicación de calor para minimizar o detener por completo la transmisión del dolor. El nervio que causa el dolor se quema, o se ablaciona, usando una corriente eléctrica para apuntar a un área específica. Esta ablación detiene la transmisión de señales nerviosas al cerebro, proporcionando alivio.

¿Por qué someterse a ablación por radiofrecuencia?

Los pacientes que sufren dolor crónico o padecen artritis y espondilosis pueden beneficiarse del alivio inmediato del dolor con poco o ningún tiempo de recuperación. RFA se realiza como un caso de día por lo que no hay necesidad de una estadía hospitalaria durante la noche. Puede proporcionar alivio a las personas con dolor en el cuello, la espalda, la rodilla, la pelvis y los nervios. El dolor puede ser debilitante y la RFA permite un aumento de la función, lo que significa que la calidad de vida del paciente mejora significativamente.

¿Qué implica?

El procedimiento se realiza mientras el paciente está despierto, ya que se administra anestesia local para adormecer el área particular donde se aplicará el tratamiento. Un fluoroscopio (una técnica de imágenes que le permite al médico obtener imágenes de rayos X en tiempo real durante el procedimiento) se usa para ayudar a insertar una aguja en el área objetivo. El fluoroscopio le permite al médico asegurarse de que la aguja llegue a la ubicación correcta.

Cuando la aguja está en el lugar correcto, se pasa una corriente de radiofrecuencia (eléctrica) a través de la aguja, que es hueca adentro, quemando el área requerida. La quemadura es muy pequeña y la aguja permite que el médico sea preciso. Esta corriente destruye la parte del nervio que produce señales de dolor. Se pueden hacer múltiples quemaduras para destruir completamente el nervio. Una vez finalizado el procedimiento, los pacientes pueden regresar a casa, pero deben hacer arreglos para que alguien los escolte.

El dolor puede sentirse después del procedimiento, por lo general durante alrededor de dos semanas. Sin embargo, después de esto, el dolor debe reducirse significativamente o aliviarse por completo. Se programará una cita de seguimiento para verificar el progreso y analizar el tratamiento adicional, si es necesario.

Cómo prepararse para la ablación por radiofrecuencia

Antes del tratamiento, se tomará un historial médico para ver si el paciente es adecuado y dónde debe realizarse el procedimiento. También se discutirán los medicamentos, y aquellos que toman aspirina o anticoagulantes (como el ibuprofeno) como medicamentos a largo plazo se les indicará que se detengan varios días antes del procedimiento.

Cuidados postoperatorios

Los pacientes generalmente vuelven al trabajo en las próximas 24-72 horas. Inmediatamente después del procedimiento, deben ser acompañados a su casa, y una vez en casa deben descansar y recuperarse. RFA es un procedimiento seguro y simple que generalmente es altamente efectivo. El alivio del dolor por lo general dura entre nueve meses y dos años, y el procedimiento se puede hacer de nuevo.

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