Las glándulas suprarrenales son unas glándulas imprescindibles para la vida que se sitúan en la parte posterior de los riñones. La función de las glándulas suprarrenales es, entre otras, la producción de algunas hormonas sexuales y especialmente las hormonas que regulan el metabolismo como el cortisol, que nos ayuda a responder ante el estrés, y otras hormonas que controlan la tensión arterial y la presencia de agua y sal en nuestro organismo. En ocasiones hay una producción excesiva o insuficiente de este tipo de hormonas, lo que provoca algunos de los trastornos de las glándulas suprarrenales, que se detectan a través de análisis de orina y de sangre. Por ejemplo, cuando hay un exceso de cortisol o una hiperfunción de la corteza suprarrenal nos encontramos ante el Síndrome de Cushing, que es ocasionado como consecuencia de la ingesta de fármacos o por la aparición de algunos tumores y que presenta síntomas bastante definidos (piernas y brazos muy delgados, fatiga, hipertensión, glucosa en sangre, hematomas por todo el cuerpo, etc). Este trastorno de la glándula suprarrenal tiene curación  tratando el origen que provoca dicha enfermedad. El caso contrario, la insuficiencia de cortisol o hipofunción de la corteza suprarrrenal, provoca la llamada enfermedad de Addison, que surge por un problema inmunológico y que requiere un tratamiento para toda la vida, ya que puede ser mortal si no se trata convenientemente.