Derrame pleural
 
En condiciones normales existe una mínima cantidad de líquido en el espacio situado entre los pulmones y la cavidad torácica, que es lo que llamamos espacio pleural. Cuando esa cantidad es anormal nos encontramos ante un derrame pleural. Algunos de los síntomas más habituales de esta enfermedad son el dolor torácico localizado, agudo e intermitente, que se incrementa con la tos seca, la inspiración profunda, y la fiebre. En algunos pacientes el derrame pleural puede ser producido por una insuficiencia cardiaca o como consecuencia de una neumonía, en cuyo caso el tratamiento a seguir debe abordar en primer lugar la enfermedad que lo provocó. Para diagnosticar el derrame pleural se deben realizar las pruebas diagnósticas pertinentes: exploración física, radiografía de tórax, ecografía o TAC pulmonar en los casos que se requiera más información, y toracocentesis diagnóstica, que es la punción que se realiza a través del tórax para extraer una muestra de líquido pleural para su análisis. Tras el diagnóstico, se pauta un tratamiento según el tipo de derrame pleural con el que nos encontremos. Así, en los derrames pleurales masivos se utilizará la toracocentesis terapéutica, es decir, la aspiración del líquido con una aguja o a través de drenaje torácico; en los casos de derrames pleurales malignos se procederá a emplear la quimioterapia, radioterapia o pleurodesis química (instilación de sustancias químicas entre ambas pleuras); y en el derrame pleural paraeumónico (producido tras una neumonía) se colocará un tubo de drenaje torácico para su solución.
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Derrame pleural

 
En condiciones normales existe una mínima cantidad de líquido en el espacio situado entre los pulmones y la cavidad torácica, que es lo que llamamos espacio pleural. Cuando esa cantidad es anormal nos encontramos ante un derrame pleural. Algunos de los síntomas más habituales de esta enfermedad son el dolor torácico localizado, agudo e intermitente, que se incrementa con la tos seca, la inspiración profunda, y la fiebre. En algunos pacientes el derrame pleural puede ser producido por una insuficiencia cardiaca o como consecuencia de una neumonía, en cuyo caso el tratamiento a seguir debe abordar en primer lugar la enfermedad que lo provocó. Para diagnosticar el derrame pleural se deben realizar las pruebas diagnósticas pertinentes: exploración física, radiografía de tórax, ecografía o TAC pulmonar en los casos que se requiera más información, y toracocentesis diagnóstica, que es la punción que se realiza a través del tórax para extraer una muestra de líquido pleural para su análisis. Tras el diagnóstico, se pauta un tratamiento según el tipo de derrame pleural con el que nos encontremos. Así, en los derrames pleurales masivos se utilizará la toracocentesis terapéutica, es decir, la aspiración del líquido con una aguja o a través de drenaje torácico; en los casos de derrames pleurales malignos se procederá a emplear la quimioterapia, radioterapia o pleurodesis química (instilación de sustancias químicas entre ambas pleuras); y en el derrame pleural paraeumónico (producido tras una neumonía) se colocará un tubo de drenaje torácico para su solución.
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