¿Qué es una hernia epigástrica?

Una hernia epigástrica es cuando la grasa o el tejido corporal sobresalen a través de la pared abdominal, entre el esternón de la caja torácica y el ombligo. A menudo no hay síntomas con este tipo de hernia y a menudo pasan desapercibidos. Este tipo de hernia generalmente es pequeño y puede tener más de uno a la vez. A pesar de mostrar pocos síntomas, a veces pueden causar dolor en la región abdominal superior.

¿Cuáles son los síntomas de una hernia epigástrica?

Aunque los síntomas con una hernia epigástrica son infrecuentes, se puede presentar un bulto notable especialmente cuando tose, estornuda, se ríe o se esfuerza. A veces, este tipo de hernia puede causar dolor y sensibilidad en el área afectada.

¿Qué causa una hernia epigástrica?

Este tipo de hernia generalmente está presente desde el nacimiento debido al desarrollo incompleto de la pared abdominal.

¿Cuál es el tratamiento para una hernia epigástrica?

Estas hernias no se curan a sí mismas y se requiere cirugía para repararlas. Sin embargo, a menos que la hernia se convierta en una cirugía de emergencia, puede retrasarse hasta que el paciente se sienta preparado o cuando el niño crezca. A menudo, cuando los adultos son diagnosticados con una hernia epigástrica, se ha convertido en un problema debido a la obesidad, la debilidad muscular o la tensión frecuente en la pared abdominal debido al levantamiento de pesas o esfuerzo.

La cirugía puede realizarse abiertamente o laparoscópicamente. Se usa anestesia general. Si la abertura del músculo defectuosa es pequeña, las suturas suelen ser suficientes para cerrar el orificio. Sin embargo, para defectos musculares más grandes, una malla insertada podría ser necesaria para restaurar la fuerza de la pared abdominal. Tal malla es permanente y evita que la hernia regrese.

La mayoría de los pacientes puede regresar a sus actividades normales dentro de dos a cuatro semanas después de la cirugía.