Alergia a ácaros, polen, hongos
Las alergias son una de las enfermedades más frecuentes en la sociedad actual, y consisten en la reacción del sistema inmunitario ante determinadas sustancias o elementos de la naturaleza. Las más comunes suelen ser las alergias a ácaros, al polen y a los hongos, aunque existen algunas más. La alergia a los ácaros es una de las más complicadas de tratar ya que los ácaros están siempre presentes en nuestra vida cotidiana, sobretodo en el polvo doméstico, y se asientan en muchos lugares (alfombras, peluches, colchones…), provocando toda una serie de molestias respiratorias (rinitis y asma bronquial) y conjuntivitis. Para paliar los efectos de la alergia al polvo es recomendable evitar la humedad y ventilar bien las habitaciones, así como limpiar las rejillas y filtros de la calefacción y del aire acondicionado. En lo que respecta a la alergia al polen, es de tipo estacional, al contrario que las anteriores que pueden manifestarse de forma constante, y está provocada por los granos de polen de gramíneas, árboles y malezas. Asimismo, la alergia a los hongos también tiene un componente ambiental ya que está presente en las manchas de humedad de los edificios, en alimentos podridos o en jaulas y peceras de animales. Los síntomas de todos estos tipos de alergias pueden disminuir mediante la administración de antihistamínicos, descongestionantes nasales y, si se requieren, vacunas para la alergia (inmunoterapia).